La inestabilidad rotuliana (fémoro-patelar) es una anomalía compleja del aparato extensor de la rodilla, que puede desencadenar una luxación de la rótula (patela), o lo que coloquialmente se dice: “se me ha salido la rodilla”.
Este desplazamiento anómalo de la rótula, suele ocurrir en la (pre)adolescencia [1], en ocasiones desencadenada por un traumatismo o mal gesto practicando deporte. Existen además factores predisponentes, que pueden facilitar su aparición o recurrencia, como son la hiperlaxitud, las “piernas en X”, o deformidades anatómicas de la rodilla.
Ante un primer episodio de luxación rotuliana, el tratamiento consiste en inmovilizar la rodilla en extensión, y posteriormente realizar una correcta rehabilitación para fortalecer el cuádriceps.
A partir del segundo episodio de luxación de rótula, aconsejamos valorar el tratamiento quirúrgico por varios motivos:
Para determinar el tratamiento quirúrgico más oportuno, la resonancia magnética es la prueba más especifica. Esta permite estudiar el estado de la rótula y los ligamentos, así como la presencia de lesiones articulares asociadas.
Existen diferentes técnicas quirúrgicas indicadas en el tratamiento de la inestabilidad rotuliana. La planificación quirúrgica es compleja, e individualizada en cada caso, por lo que es importante que su hijo/a esté en las manos más experimentadas posibles, sobretodo habituadas a tratar pacientes en edad pediátrica.
Los resultados son definitivos y la incorporación a la actividad física completa, en la mayoría de los casos, es total a los 6 meses tras la cirugía.
BIBLIOGRAFÍA
[1] Waterman BR, Belmont PJ Jr, Owens BD. Patellar dislocation in the United States: role of sex, age, race, and athletic participation. J Knee Surg; 2012;25(1):51-57
[2] Fithian, D.C., et al., Epidemiology and natural history of acute patellar dislocation. Am J Sports Med, 2004. 32(5): p. 1114-21Fig 8